Concédeme de una vez
una travesía
en tus mares oculares
y los lunares
de la espalda
que adorna silente
la frenética soledad
de mis insomnios
mas insólitos.
Sutura mis vacíos
y mis fobias,
préstame tu aliento
y tu deseo,
da dos pasos
en mi dirección.
Gasta tus palabras
en momentos
de infinita gracia
o de tiempo
sobre tiempo.
Pronuncia mi nombre
y hazme recorrer
tus labios
con la sonora licencia
de la expectativa.
una travesía
en tus mares oculares
y los lunares
de la espalda
que adorna silente
la frenética soledad
de mis insomnios
mas insólitos.
Sutura mis vacíos
y mis fobias,
préstame tu aliento
y tu deseo,
da dos pasos
en mi dirección.
Gasta tus palabras
en momentos
de infinita gracia
o de tiempo
sobre tiempo.
Pronuncia mi nombre
y hazme recorrer
tus labios
con la sonora licencia
de la expectativa.
1 comentarios:
La vejez hace que todo sepa a melancolía... hasta el deseo...
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