sábado, 19 de septiembre de 2009

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Tus dedos se deslizan
sobre la tarde imperfecta
en que los labios del olvido
rozaron la razón.
Despiertas entre brumas
de tiempos entrecruzados,
magnificas sensaciones
con tus ojos que observan
el horizonte enrojecido.
Piensas en mi
y tus pasos se sonrojan
y mi voz tiembla.
El pasado se escurre
entre tus dedos
y el futuro te besa la frente.
Tu aroma atrae la infinita
expoliación del suspiro,
te observo caminar
y veo que tus distancias
son mapas de expectación.
Sonríes y el ocaso
se ilumina con deseo,
sobran las palabras.

martes, 15 de septiembre de 2009

(...)

Soy tu latido delirante,
la voz que atormenta
tus soledades nocturnas
con estertor placentero.
Soy el responsable
de tus ilusiones vencidas,
de tus obscuras intenciones
y tus lágrimas de pasión.
Soy tu ciego,
tu lenguaje corporal indefinido,
soy tu secreto
y tu prohibicion consoladora.
Soy tuyo y soy nuestro,
soy ese lento movimiento
sobre tus labios.

viernes, 1 de mayo de 2009

A la flor de mi conciencia.

Todos en uno,
los besos y el calvario
de tu ausencia inocente,
la cálida sinfonía
de sentir tus labios
sutilmente en mi memoria.
No queda fuera
de la mañana el tiempo
que he ganado
perdiéndolo a tu lado.
Detrás del sol
tus ojos ensombrecidos
por la arena
de los compromisos eternos,
y sonríes diciendome
que estas escondiéndote
en el horizonte.
Naufragas en la sobria
sombra de unas caricias
que emanan firmemente
de tu piel y mi piel.

martes, 31 de marzo de 2009

Versos sin nombre (3)

La cálida timidez
en tu mirada fugaz
permite la sincrónica
epifanía del contacto.
Consuela los vientos
impetuosos del sur
con tus manos y un beso
de soledades encontradas.
Déjate llevar al revés
otra vez y sueña
con que estas palabras
se contemplan a través
de la mítica sonrisa
de la noche.

Versos sin nombre (2)

Todas las palabras
se arremolinan
sobre un beso
entre el todo y la nada
de los buenos días.
Sonríe y déjate llevar,
todos los vientos
se confabulan para
llevarte a la
impostergable lejanía
de un suspiro.
Trata de no ver
más allá de lo que
se pierde.

Versos sin nombre (1)

Toda mañana con brisa
atiende las mismas
reglas de sencillez
a las que se fijan
los besos que me has dado.
El cielo se abre a tus pies
y se desmoronan
esos obscuros pensamientos
de impensables mártires.
deseos insumisos
en el viento del sur
me dejan noticias
de tus labios de seda.
No hay más tiempo
que el que me has regalado.

jueves, 22 de enero de 2009

Foco de luz

De nuevo sonriendo,
el silencio se acomoda
detrás del sofá
y se olvida de si mismo,
las soledades de paciencia
se sienten mas livianas.

El tiempo deja de ser el mismo
y empieza a ser inconsistencia,
quiero ver la sonrisa
de la madrugada.

Y tantas palabras sin sentido
y tanto vació que llenar,
el mismo sol no se somete
a las impenetrables calumnias
de lanada.

Lanzar un beso,
prevenir el desastre
del abandono instantáneo,
el juego se centra
en desconcertar el fuego
de los infiernos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Ligero andar

Las ruinas indiferentes
sostienen en sus manos
las lineas del tiempo
que se pierde entre suspiros
de noctambulas solemnidades.
Estas lágrimas imaginarias
son los símbolos del retiro
de aquel viejo edén
de despreocupada inocencia.
Todos los soles brillan
hacia otras direcciones.
El mar de sombra
revolotea en mis manos,
aprisionando mis fantasías
de luz y melancolía.
El impetuoso destino
de unos pasos vacíos
siempre se enciende
con las llamas del olvido.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Repentino vacio

El consuelo no colabora,
la luz no ilumina,
y el cielo se confunde
con nubes de amapola
y pétalos de sol.

Nunca hubo un final,
la tarde se recuesta sobre
la mirada impotente
de quien deja atrás
a quien lo abandona.

Silencio, el aleteo de la derrota,
no hay sentido alguno
en las palabras
que se leen en la comisura
de los labios ajenos.

No mas, estos versos
ya no cumplen
su objetivo.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Convalecencia metodica

Constituciones imaginarias,
el silencio se deja llevar
por el camino de las delicias
de la memoria.

Impotencia, sutil inocencia,
necesito encontrar una solución
que me deje incinerar
los pasos que doy
a través de esta niebla
de dudas e imperfecciones.

Complicamos las palabras
para poder escuchar
las incertidumbres caer.

Las discusiones se enraizan,
el tiempo enemigo nos acosa
y la insípida agonía
se siente como el silencio
de los dioses.

La indiferencia enfría mis huesos
y dejo que todo se vaya
poco a poco
hacia el abismo infranqueable
de la perenne ausencia.