Algunas veces quisiera
destrozar un segundo
con las manos vacías
y encontrarme con tus ojos
entristecidos.
Otras veces quisiera
no pensar tanto
en las posibilidades
de que me olvides
antes de que amanezca.
Quisiera esconderme
del hermoso recuerdo
que alimenta mi inseguridad
con la apatía
de la gran incertidumbre
Pero todo lo que tengo
es la certeza embriagadora
de que tu silencio
no significa nada
viernes, 6 de junio de 2008
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