viernes, 1 de mayo de 2009

A la flor de mi conciencia.

Todos en uno,
los besos y el calvario
de tu ausencia inocente,
la cálida sinfonía
de sentir tus labios
sutilmente en mi memoria.
No queda fuera
de la mañana el tiempo
que he ganado
perdiéndolo a tu lado.
Detrás del sol
tus ojos ensombrecidos
por la arena
de los compromisos eternos,
y sonríes diciendome
que estas escondiéndote
en el horizonte.
Naufragas en la sobria
sombra de unas caricias
que emanan firmemente
de tu piel y mi piel.

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