miércoles, 6 de agosto de 2008

Espiral No.1

Algunas veces las palabras
son demencialmente insuficientes,
todo sabe a nada
y observamos la indiferencia
con que nos trata el tiempo.

Caminar, con las manos perdidas,
atándose los tobillos a recuerdos
que no flotan en el agua,
todo tan útil como inútil.

Desbaratar los labios,
encontrar las realidades
y sabernos perdidos,
el olor de la rutina.

Silencio, todo en silencio,
y las dudas en la almohada
encarnando la verdad
de las comunicaciones fútiles.

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