miércoles, 15 de agosto de 2007

Cenizas de la tarde

El anímico humo
del tabaco dionisiaco
en la ambivalencia sutil
de los ojos de todos.

Cada palabra perdida
en el frenesí de la vida
despierta en el recuerdo
de los futuros dioses
hedonistas de la nada.

Intermedios de ojos rojos
sobre la mesa de noche
en el estático peregrinaje
de las arrugas de la cama.

El viento vuelve a sentirse
entre los dedos, las manos
y la voz de la mañana,
mientras todo lo demás
sigue inamovible.

El maravilloso olvido
se incendia al alba
bajo la mirada casual
de un sonriente deseo
de eterno retorno.

Siempre hay algo
que no hemos visto.

La neurótica rutina,
el bestial momento
de la locura imperfecta,
cada día mas viejos.

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