domingo, 26 de agosto de 2007

Impetu y Madrugada

El obscuro papel
que recubre un rostro
de demagogia
me llama al deseo
de devorar mis palabras

Las campanas suenan
con hambre protectora
ante la sonrisa sutil
de la nuevas catedrales
del cuerpo imperfecto.

Las apariencias engañan
mas de lo que deben.

Los ídolos agonizan
para renacer violentos
sobre las paranoias
del y frente a los otros.

Promover lineas rectas
para subir montañas
del santo pecado,
ilusiones o realidades,
todo es lo mismo.

¿Cuantas ideas bastan
para construir
todo lo que no quiero?

Facilitar las formas
es mas fácil
cuando lo creemos
siempre posible.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Decepcion.
Esa palabra.
ira de dios que asusta a las pocas palabras decentes que alberga mi boca.
Mejor un paréntesis
(...)